Tras el impacto de la pandemia de COVID-19 en las actividades de rutina para la esencial protección de la salud, y los impactos secundarios de la malnutrición que han llevado a un alarmante aumento den los casos y brotes de sarampión en todo el mundo, la alianza para las Vacunas (Gavi) está trabajando con gobiernos, comunidades y otros asociados, en un esfuerzo concertado por hacer llegar la vacuna contra el sarampión a los niños vulnerables en países de bajos ingresos.
A partir de 2022, y durante la primera mitad de 2023, Gavi espera apoyar a 22 países de bajos ingresos para que lleven a cabo campañas de seguimiento del sarampión, que apuntan a llegar a más de 85 millones de niños. Estos países representan solicitudes aprobadas a la fecha, con socios de la Alianza que continúan trabajando con otra prioridad en países de riesgo. En paralelo, Gavi se hace cargo del desafío del apoyo a la respuesta ante los brotes, dedicando U$ 10 millones adicionales y actividades de respuesta en nueve países este año hasta el momento.
“La vacunación contra el sarampión no solo previene brotes y muertes, sino que sirve también como punto de entrada para la inmunización de rutina. Con las altas tasas de cobertura requerida, estas campañas ayudan a identificar a los niños no inmunizados o con baja cobertura, y les acercan con mayor consistencia al sistema de salud”, afirmó Thabani Maphosa, de la Dirección de Programas en Países de Gavi. “Es crítico para la sostenibilidad de la respuesta ante el sarampión, reduce brotes a largo plazo y también ayuda a salvar vidas ante otras enfermedades prevenibles con vacunas”.
Gracias a la amplia introducción de la vacuna contra el sarampión, las muertes por sarampión se han reducido en número de manera drástica — en el año 2000 murieron por sarampión más de un millón de niños, y para 2020 esta cifra apenas sobrepasaba las 60.000 muertes. Incluso ante tan impactante reducción, el avance se ha visto frenado en años recientes.
Y la pandemia tuvo un impacto adicional: datos recientes de los 57 países de bajos ingresos a los que apoya Gavi muestran que la cobertura de la primera dosis de la vacuna contra el sarampión (MCV1) cayó en 4% durante la pandemia. La pandemia también tuvo impacto en la capacidad de los países para llevar adelante el monitoreo y reportar casos, haciendo que fueran inevitables los numerosos brotes.