María Angélica Garrido Sanabria tiene solo 23 años y es una de las fundadoras de Huellas Montemarianas, una entidad que trabaja por la protección de los animalitos en condición de calle de El Carmen de Bolívar, buscando recursos a través del reciclaje.
María Angélica aprendió a amar a los animales desde niña, siendo estudiante de la Institución Ecológica Emma Cecilia Arnold, donde el contacto con la naturaleza era cotidiano y obligatorio (por decirlo de alguna manera). Ella recuerda que veía una que otra serpiente en su plantel educativo; los profesores les enseñaron a cuidarlas y diferenciar las especies.
Hace dos años empezaron con esta maravillosa idea. “Una botella le puede cambiar la vida a un animalito”, añade María Angélica.
Cifras recogidas por NatGeo muestran que ”el 42% del plástico utilizado en el mundo se destina al empaquetado de alimentos y productos manufacturados. Es decir, plásticos de un solo uso que apenas pasan unos minutos en las manos de los consumidores”. Y este problema no es ajeno a los municipios del Caribe Colombiano.
“Vamos a colegios, a restaurantes y locales, a enseñarle a la gente que aún una botella de plástico que se recicle puede ayudarnos”, continúa esta destacada y enérgica joven.
Su labor se va hacia la educación en dos frentes: reciclaje como medio para proteger el ambiente y cuidado animal.
En El Carmen justamente desde hace años se presenta un grave problema debido a la disposición de las basuras, por lo que se busca un relleno sanitario acorde con las necesidades de sus habitantes, que a la vez no afecte la naturaleza de la Región.
Por otro lado, a diario lamentablemente se reportan en el pueblo casos de perros, gatos, burros y animales maltratados, desnutridos, enfermos o abandonados. Estos jóvenes trabajan para educar.
¿Cómo lo hacen?
María explican que han hecho una red de colaboradores (y esperan que tú te sumen) así que van a puntos establecidos para recoger y reciclar plástico, cartón, y papel. Con la venta de estos recursos contratan a los veterinarios de la Fundación Huellas Montemarianas, para tratar a los animalitos maltratados del municipio.
Su labor se va hacia la educación en dos frentes: reciclaje como medio para proteger el ambiente y cuidado animal.