Los esposos Óscar Emigdio Oñate e Irma Toncel Guerra fallecieron el sábado por inhalacion de monóxido de carbono a raíz de un incendio. En su cuarto, el aire acondicionado estalló y la habitación donde se encontraban acostados se llenó de humo y de este peligroso gas.
Los hechos ocurrieron en el Municipio de Fonseca en la Guajira y deja consternados a familiares y amigos. El cuerpo de bomberos ingresó a la residencia y en una de las habitaciones, tras la columna de humo, encontró los cuerpos tendidos en la cama.
El accidente pone de manifiesto el peligro de inhalar monóxido de carbono, un gas que se genera como subproducto de electrodomésticos, calentadores y automóviles que queman gasolina, gas natural, madera, aceite, keroseno o gas propano. Como no tiene color, sabor ni olor es difícil reconocer la presencia de este gas en lugares cerrados o semi cerrados.
Dónde puede estar este gas y por qué debemos mandar a revisar los electrodomésticos
El CO está en los humos producidos por hornos, calentadores de queroseno, vehículos “calentados” en garajes, estufas, linternas y estufas de gas, generadores portátiles o tras la quema de carbón y madera. Si el CO de estas fuentes se acumula en espacios cerrados o parcialmente cerrados puede causar intoxicación. En este caso, los adultos mayores y niños son a quienes más rápidamente afecta.
Los síntomas más comunes de intoxicación por monóxido de carbono son:
- Dolor de cabeza.
- Mareo.
- Debilidad.
- Náuseas.
- Vómitos.
- Dolor en el pecho.
- Confusión.
“En personas que padecen enfermedades cardíacas preexistentes, la exposición a concentraciones elevadas o el trabajo prolongado cerca de un foco de humo, podría desencadenar una angina de pecho, provocar arritmias o conducir a una insuficiencia cardíaca repentina”, anota el DIH.
El accidente en Fonseca donde murió esta pareja, se produjo por el recalentamiento del aire acondicionado.
La pareja de Fonseca no pudo reaccionar a tiempo y es que este gas, produce somnolencia y altera la movilidad de las piernas.
Máximo Duque Piedrahíta, médico especializado en ciencias forenses y exdirector del Instituto de Medicina Legal en Colombia, explica que “la persona, a medida que va inhalando el gas, pierde la consciencia”, por lo que no se da cuenta plenamente de lo que está por suceder.
