Las maloclusiones dentales son consideradas como malposiciones de los dientes en relación con las estructuras esqueléticas que lo soportan. Un ejemplo es cuando notamos una relación anómala entre los dientes superiores con respecto a los inferiores.
Leonardo Viana Tapia, odontólogo de la Universidad de Cartagena, especialista en Ortodoncia y Ortopedia Maxilar, explica que para realizar un diagnóstico de maloclusión dental, ”es necesario un examen clínico, radiográfico, estudios fotográficos y modelos en los tres planos del espacio”.
No todas son iguales
El doctor Viana explica que universalmente se maneja la maloclusión dental y esquelética clase I, para describir que el paciente tiene una posición normal.
Un maxilar adelantado o una mandíbula con poco crecimiento se conoce como maloclusión clase II, mientras que una mandíbula adelantada o un maxilar con poco desarrollo lo conocemos como maloclusión clase III. En las últimas dos clasificaciones puede ser visible una discrepancia entre los maxilares y una mala relación dental.
“También podemos encontrar casos de mordida abierta anterior, que es cuando el paciente cierra, muerde y no alcanza cerrar en la parte anterior, o también podemos encontrar casos contrarios a los que llamamos mordida profunda, que se refiere a que existe un sobrepaso excesivo al cerrar los dientes”, continúa el doctor Leonardo.
Golpe a la autoestima
“Normalmente los pacientes consultan por su aspecto estético, un perfil facial que no le gusta al paciente, una posición labial no deseada o simplemente un apiñamiento dental como resultado de una relación entre el tamaño dental y el tamaño de sus maxilares”.
Este es un caso clínico de un paciente con un apiñamiento severo, con mordida cruzada anterior y posterior, transversalmente con un maxilar comprimido, plano oclusal e inclinaciones dentales alteradas y fue tratado con ortodoncia convencional y estos son los resultados a los 10 meses de tratamiento, logrando una mejoría visible en todos los planos.
¿Cuáles son las causas de la maloclusión dental?
Las maloclusiones tienen una causa multifactorial, pero podemos destacar:
– Factores hereditarios, ya que genéticamente hay una codificación que determina el tamaño y forma dental y su relación con su respectivo maxilar, en pocas palabras podemos decir que un paciente puede presentar una maloclusion heredada de sus familiares y se expresa si existe una dominancia de la misma.
– Malos hábitos como chuparse los dedos, chuparse los labios, el uso prolongado de teteros, la onicofagia que es comerse las uñas, la interposición lingual que es colocar la lengua entre las dos dentaduras, la deglución atípica y la respiración oral. En estas últimas en especial, el paciente adopta una mala posición de la lengua y genera un desarrollo anómalo de los maxilares y mandíbula.
¿Que alteraciones puede generar una maloclusión dental?
Al tener un problema de posición dental se va a dificultar la higiene, por lo tanto aumenta el riesgo de caries dental y de patologías relacionadas con la encía como la gingivitis o periodontitis.
“No existe actualmente una evidencia clara que diga que la maloclusión genera o empeora un trastorno de la articulación temporomandibular, pero sí existe una correlación positiva en la corrección de la maloclusión dental y el equilibrio en la estabilidad muscular y oclusal del paciente, esto quiere decir que es mejor tratar las maloclusiones para evitar desgastes dentales o fracturas por contactos erróneos entre sí”, aconseja el experto, doctor Leonardo Viana.
Cuál es el tratamiento de las maloclusiones dentales
El tratamiento debe ir dirigido a la causa del problema dental específicamente intervenir e interrumpir a temprana edad esos factores condicionantes, ya sea con ortopedia maxilar cuando el paciente aún está en crecimiento o con técnicas de ortodoncia en adultos o la combinación de ortopedia y ortodoncia. Ahora bien, si existe un compromiso importante en la estética, en el perfil facial como resultado de una gran discrepancia dental y esquelética, afectación en las vías aéreas, disfunción masticatoria, en estos casos más complejos el manejo va dirigido hacia una ortodoncia prequirúrgica y cirugía ortognática para corregir quirúrgicamente la posición de los maxilares y corregir las inclinaciones dentales.
Una oclusión incorrecta puede influir en la salud bucal y su manejo debe ser multidisciplinario, allí interviene el especialista en ortodoncia, el cirujano maxilofacial, el periodoncista y en casos específicos, el rehabilitador oral.