La probabilidad de tener diabetes llega desde la infancia, desde que al niño se le da una gaseosa

Aunque siempre se relaciona el inicio de la diabetes con los primeros síntomas físicos de la enfermedad, lo cierto es que esta puede tener un origen genético o hereditario.

“Está establecido que la raza latina, los afroamericanos y los indígenas tenemos un riesgo más alto de diabetes y en Colombia tenemos un poquito de todos ellos. Esto quiere decir que tenemos la predisposición, pero nadie nace predestinado a ser diabético. Realmente uno se enferma es por los malos hábitos”, explica el médico Enrique Mazenett, gerente de epidemiología de Coosalud,

La diabetes es una enfermedad que daña muchos órganos: el riñón, acabando con la capacidad de filtrar la sangre; el sistema circulatorio, por lo que la persona puede quedar amputada; la retina por lo que también puede quedar ciega… el corazón, el cerebro, además de su relación con la hipertensión y los problemas cardiovasculares. 

¿Cómo evitar llegar a situaciones tan difíciles como estas a pesar de la carga genética y la predisposición?

El doctor Mazenett insta a tomar acciones frente a malos hábitos como el sedentarismo, la mala alimentación, la ingesta de alcohol y el consumo de cigarrillo, entre otras.  

“Está comprobado que la obesidad está relacionada con la diabetes, aunque no todas las personas obesas son diabéticas. Es importante la actividad física, sin excusas como la falta de tiempo o de dinero para pagar un gimnasio, cuando se puede ir a pie al trabajo, o salir a nadar, o a jugar fútbol, o a caminar el centro comercial, incluso bailar, en lugar de quedarse en casa viendo televisión”.

El epidemiólogo aclara que hay otros factores que llevan a la diabetes y que están relacionados con otras enfermedades, como la hipertensión y el hipercolesterolemia, afección que evita que el cuerpo se deshaga del tipo de colesterol que puede acumularse en las arterias y causar enfermedades cardíacas.

“Pero en general sí se pueden controlar la mayoría de esos factores, por eso digo que las personas se empiezan a enfermar desde que nacen, cuando empiezan a dejar de hacer ejercicio, a fumar y a comer lo que no deberían, cuando se le da al niño una gaseosa en lugar de un vaso de leche o un paquete de frituras que vale lo mismo que un plátano”.

Aclara que existen dos tipos de diabetes: tipo 1 y tipo 2. “La diabetes tipo 1 es autoinmune, y no estamos hablando de esa diabetes, es una enfermedad donde el mismo organismo destruye sus células productoras de insulina. Generalmente son personas jóvenes y ahí sí no le podemos echar la culpa ni a la obesidad ni al ejercicio, es un problema auto inmune”.

Conviviendo con la diabetes

El gerente de epidemiología de Coosalud, además de hablar desde la prevención, destaca la importancia de tomar medidas cuando ya se es diagnosticado con la enfermedad, en lugar de darse por vencido, cuando aún es mucho lo que se puede hacer. 

“Existen entonces dos tipos de pacientes, el que se concientiza del problema y empieza a cuidarse y el que sigue llenándose de excusas: ‘no puedo bajar de peso porque me da hambre, me provoca ansiedad y/o desesperación’. No es cuestión de no poderse comer una hamburguesa, sino de descartar el pan (harina) y comerse la carne, la lechuga. La diferencia entre estos pacientes son las consecuencias que afrontarán cada uno en su destino”.

El doctor Mazenett asegura que aún diagnosticado, el paciente puede seguir una vida normal pero moderada, siguiendo las instrucciones del médico. “Si la persona tiene problemas para metabolizar las harinas y los azúcares y los ingiere, ya sabemos qué sucederá: Pueden terminar con amputaciones, ciegos, con daño renal, con daño cardiovascular”. 

 

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