En San Jacinto, Bolívar el acueducto funciona a medias. Este miércoles tras la felicidad del bombeo por parte de la prestadora del deficiente servicio, muchos habitantes quedaron con cara de decepción y de asco.
Cuando avisan que “vino el agua” en este municipio del corazón de Bolívar, los sanjacinteros sacan de cuanto recipiente para poder abastecerse del preciado líquido aun cuando “siempre ha sido sabido que no es apto para el consumo humano”, por lo cual la usan para lavar ropa, aseo, regar plantas y cuando toca, para bañarse.
Esta vez fue diferente. El agua salía de la tubería con un color amarillento y con un olor fétido, como a “poza”.
Atentado a la salud
“Esa agua no sé ni para qué la recogen si no sirve para nada, está como podrida”, comenta María. A los sanjacinteros no solo se les vulnera el derecho a un servicio básico, sino que se les “regala” agua estancada que podría acarrearles problemas de salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) relaciona el consumo de agua no potable con diarrea, cólera, hepatitis A, disentería, poliomielitis y fiebre tifoidea, entre otras dolencias. El agua contaminada suele tener presencia de componentes químicos o de otra naturaleza en una densidad superior a la situación natural. Por ejemplo, existencia de metales pesados indeseados, sedimentos o microorganismos patógenos.