Acné ¿Una cuestión solo de jóvenes?
El acné es una afección cutánea que se caracteriza por la aparición de lesiones inflamatorias, conocidas como pápulas o pústulas y puntos negros o blancos. Se presentan con más frecuencia en rostro, afectando también el pecho y la espalda. Aunque no hay una causa específica que determine por qué una persona padece de acné, el motivo más frecuente está relacionado con una alteración hormonal.
La doctora Kathy Wu, especialista en dermatología del Hospital Serena del Mar explica que el acné puede ocurrir en cualquier etapa de la vida, sin embargo, es más común en adolescentes debido a que se encuentran en etapa de desarrollo, lo que se refleja en cambios a nivel hormonal relacionados con la pubertad, periodos menstruales, embarazo, consumo de anticonceptivos orales o estrés, reflejándose en la piel como aumento de la producción de grasa o sebo y lesiones inflamatorias.
El tratamiento será indicado de acuerdo con una valoración inicial, donde se determine el tipo de piel de cada paciente, la severidad y extensión de las lesiones, así como también una evaluación detallada que permita descartar a cualquier edad, la causa principal de este trastorno en la piel.
Causas más comunes**
Además de las causas hormonales, las causas genéticas también tienen influencia en esta enfermedad. Es muy común que los padres y abuelos de los pacientes con acné, también lo hayan padecido.
De igual forma, los hábitos alimenticios juegan un papel fundamental. Se ha evidenciado que hay una conexión directa entre el consumo de lácteos y la aparición de lesiones por acné.
La doctora Wu explica que los lácteos tienen un componente inflamatorio muy alto debido a que incrementan de manera desproporcionada los niveles de insulina, hasta seis veces más de lo normal, lo que produce un aumento en la respuesta inflamatoria del organismo, provocando mayor producción de sebo y, por ende, brotes en la piel por acné.
A los lácteos se suman otros alimentos que pueden generar mayor inflamación y severidad en el acné, tales como la comida procesada, alimentos altos en azucares y condimentados.
Otras causas se deben al uso de productos cosméticos no indicados para el tipo de piel del paciente, tales como cremas hidratantes e incluso productos de maquillaje que obstruyen el poro.
¿Cuándo acudir al dermatólogo?
Las personas deben visitar el dermatólogo desde etapas tempranas de la vida aun sin presentar ningún tipo de afectación ya que la prevención es clave para evitar secuelas a futuro. Existen diferentes tipos de piel y todas hay que tratarlas de manera correcta. Las pieles secas necesitan una rutina de cuidado, al igual que las pieles grasas y las pieles mixtas.
Lo primero es la prevención. De la mano de un especialista en dermatología se puede prever qué pacientes son propensos a presentar acné de acuerdo con su historial médico y genético. Si un paciente conoce que sus padres presentaron acné o tienen cicatrices, muy probablemente también lo va a padecer.
Cuando el acné ya está instaurado en la piel, debe manejarse en todas sus etapas debido a que, aunque sea leve, puede progresar a un acné moderado o severo. En casos severos será mucho más complejo el tratamiento, llegando a requerir tratamiento oral por un tiempo prologando hasta que se consiga el control de esta condición.