La Guardia Ambiental de Turbaco encontró una babilla de 1,5 metros en la terraza de una vivienda en el barrio Bonanza, en Turbaco.
El animal habría salido del lago ubicado en la entrada de la urbanización, que entre otras cosas, está contaminado por los vertimientos de la Planta de Tratamiento de Aguas residuales (PTAR) y sedimentado por la erosión. En ese lago lleno de desechos y cuya aguas fétida es motivo de quejas constantes, viven decenas de babillas.
“La babilla que se encontró en Bonanza es el primer caso reportado o que nosotros atendemos”, dice Iván Vega, de la Guardia Ambiental.
El hábitat de estos animales está contaminado, pero continúa siendo su lugar de reproducción.
“En el lago se encuentran unas babillas muy pequeñas, las cuales cuando crecen por lo general se van en la corriente de agua ya que es su ciclo de vida. Siempre están quedando las más pequeñas”, anota Vega.
Las babillas son una especie protegida, por lo cual la Ley prohíbe su caza, captura, tenencia y comercialización sin los debidos permisos ambientales. Estos animales están en peligro de extinción debido a la pérdida de su hábitat, la contaminación de los ríos y el tráfico ilegal de su piel y carne.
El lago hace diez años
El lago del que se enamoraron los propietarios de las casas en Bonanza años atrás está irreconocible. En estos días, La Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique, Cardique (con jurisdicción en 21 municipios) hará una intención al lago para liberarlo de residuos, lo cual es una esperanza no solo para los animales que allí habitan, sino para los vecinos del lugar.
Este es el lago en la actualidad.