Turnos de 20 horas, sin comer o dormir y más revelaciones tras suicidio de Catalina Gutiérrez, residente de medicina de la Javeriana

Hace unos días, se conoció que la doctora Catalina Gutiérrez, residente de Medicina de la Universidad Javeriana y oriunda de Manizales, acabó con su vida pues, según sus compañeros, no pudo soportar la presión y los maltratos a los que era sometida por parte de sus jefes durante los días que permaneció en su residencia.

De la misma universidad, la médico María Rey Salamanca cuenta que fue matoneada cuando estudiaba Medicina, soportando comentarios machistas y humillaciones, en su camino a convertirse en cirujana. Ella dice en una carta, que empezó a tener terror cada vez que iba a trabajar y que solo encontró paz cuando renunció a su residencia. Contó que es normal que a los residentes les toquen turnos hasta de 20 horas diarias, que no tengan tiempo para comer o dormir, que sean humilladas públicamente por sus superiores, que no tengan día de descanso y que no puedan estar con amigos o familia.

“La muerte de La Dra. Catalina Gutiérrez residente de Cirugía general de la Pontificia Universidad Javeriana es una clara muestra del pésimo ambiente y el grave estrés que viven los estudiantes de residencias médicas por el infernal clima de estos programas académicos. Se ha normalizado el maltrato y abuso psicológico al interior de los posgrados médicos como una forma de selección y filtro. Es fundamentalmente un recambio y la consolidación de normas y planes de convivencia y bienestar universitario para educar especialistas felices y humanizados”, dice el psiquiatra Jorge Segura.

También pasa en la Costa

Pero esto no solo pasa en la U. Javeriana, “Recuerdo que cuando estaba en la U había un profesor que nos decía, que con razón estudiamos enfermería y no medicina. Que los médicos éramos mejores que nosotros mil veces. Y luego nos enteramos que llegaba a medicina y decía que se dejaban ganar de los enfermeros. Su fin era dar en el ego para que la gente estudiara. Los trabajos que hacíamos nunca le gustaban y antes de leerlos los doblaba y los ponía de soporte para ajusta la puerta. Hacia quiz y teníamos menos de un segundo para responder cada pregunta. Y al terminar aruugaba todos los exámenes en el escritorio y sacaba máximo 3 y esa era la nota de todo el grupo. Entonces si la nota era mala le decía al compañero por tu culpa se acaba de rajar el salón. Y le decía a todo el salón “agradézcanle al sutanito por hacerlos perder el examen”, dice María, una estudiante de una importante Universidad en Santa Marta, Magdalena.

Por su parte, la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina, Ascofame, lamentó el fallecimiento de la médica residente, doctora Catalina Gutiérrez Zuluaga.

“Es un momento de profundo dolor y consternación que nos obliga a continuar reflexionando y trabajando, con un sentido de urgencia y acción, sobre las transformaciones que vienen ocurriendo en la educación médica en general y de los residentes, en particular. La salud mental y el bienestar integral de los estudiantes de medicina de pregrado y posgrado, debe ser una prioridad inaplazable de quienes intervenimos en su proceso de formación”, dijeron.

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