En un fin de semana marcado por la celebración del Día de la Madre, la comunidad indígena del corregimiento de Santa Cecilia, en Pueblo Rico, se vio envuelta en un acontecimiento extraordinario y conmovedor. Tres valientes mamás indígenas enfrentaron el desafío del parto en circunstancias extremas, desafiando las adversidades con una fuerza sobrehumana.
El drama comenzó cuando una joven adolescente indígena, embarazada de apenas 28 semanas, necesitaba atención médica urgente en la E.S.E Hospital San Rafael de Pueblo Rico. Sin embargo, un deslizamiento masivo en el sector conocido como Taibá bloqueó todas las rutas hacia el hospital, dejando a la madre y al bebé en una situación desesperada.
Ante la emergencia, y sin poder trasladar a la mamá gestante, debido a la constante caída de tierra el equipo médico de la ESE Hospital San Rafael, en cabeza de la gerente Alexandra Castillejo Orozco y la Secretaría de Salud de Risaralda garantizó la seguridad de la madre y el bebé. Ellos coordinaron el traslado de la madre hasta Tadó, Chocó, la ubicación más cercana con las instalaciones médicas necesarias para salvar vidas. Esta odisea por carretera representó una carrera contra el tiempo, donde cada segunda era crucial para la supervivencia de ambos.
Pero la historia de valentía y determinación no termina aquí. En las siguientes 24 horas, dos gestantes indígenas más entraron en trabajo de parto. Una de ellas, frente a la imposibilidad de llegar al hospital, dio a luz en el puesto de salud del corregimiento de Santa Cecilia en Pueblo Rico, donde la presencia de un médico permanente marcó la diferencia entre la vida y la tragedia. La otra madre, en medio del traslado hacia la atención médica, dio a luz en plena carretera, rodeada por el equipo médico que luchaba incansablemente por su seguridad.