En Semana Santa aumenta el consumo de frutos del mar, por eso se debe escoger el mejor producto. Nadie quiere pasarse enfermo estas fechas y como dato curioso, debe saber que la intoxicación por pescado y mariscos es distinta a cualquier otra.
Según MedlinePlus, intoxicarse con pescado puede hacerlo sentir muy mareado, “presentar dolor de cabeza y en algunos casos, los brazos y las piernas pueden llegar paralizarse temporalmente. Algunas personas también pueden presentar náuseas, vómitos y diarrea, pero es menos frecuente”.
La primera práctica de prevención y autocuidado es lavarse bien las manos con abundante agua limpia y jabón después de ir al baño, cambiar pañales, limpiar la casa, tocar animales,
La primera práctica de prevención y autocuidado es lavarse bien las manos con abundante agua limpia y jabón después de ir al baño, cambiar pañales, limpiar la casa, tocar animales, antes de manipular alimentos y antes de comer, establece el Ministerio de Salud.
Cómo reconocer “un pescado viejo”
- Fíjese en NO comprar pescados que presenten escarcha o cristales de hielo en su superficie, ya que pueden haber estado almacenados por mucho tiempo o perdieron cadena de frío.
- Si lo siente pegajoso, NO LO COMPRE. La carne interior y la superficie de los mariscos deben estar húmedas, suaves y ligeramente firmes sin manchas negras, ni sensación pegajosa al tacto y su olor debe ser característico. El camarón debe mantener la cabeza y patas firmes al cuerpo, sin presentar anillos negros o grisáceos en la superficie del cuerpo.
- Productos de la pesca que tienen caparazón (como la langosta, la jaiba y el camarón) deben ser duros y flexibles al tacto. Las tenazas del cangrejo, jaiba y langosta deben regresar a su posición original al estirarlas. Las almejas, deben tener la concha completa y bien cerrada.
- El pescado seco debe tener un color amarillo uniforme, sin manchas rojizas o verdosas ni olor a amoníaco y envasado para evitar su contaminación.
El pescado y los mariscos deben refrigerarse inmediatamente después de su captura y mantener la cadena de frío durante el transporte, la exhibición y la venta. Por esta razón deben ser los últimos productos de la compra y consumirlos en el menor tiempo posible o si no se van a consumir pronto, refrigerarlos o congelarlos en casa lo antes posible.