Muchas de las víctimas son estigmatizadas por sus daños psicológicos y para ello es clave que los profesionales los apoyen con tratamientos, sin juzgar y teniendo en cuenta que no es algo que ellos buscaron.
Los vemos en los semáforos, acurrucados en una esquina… no tenemos idea de lo que se esconde tras el rostro de quienes piden dinero en las calles.
La trata de personas continúa siendo un flagelo que, según cifras de las Naciones Unidas, en el 2018, afectó a más de 50.000 víctimas en el planeta. Este es uno de los crímenes que se combate diariamente a partir de diferentes iniciativas promovidas por las entidades estatales, las compañías privadas, las ONG y otras organizaciones.
En Colombia, según el Ministerio del Interior, entre 2013 y 2020 se reportaron 686 casos de trata de personas, de los cuales el 82% fueron mujeres. Hasta el 14 de octubre de 2021, ya había 123 casos reportados; la mayoría mujeres y 34 menores. Así mismo, de acuerdo con los datos del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), en Colombia hay cerca de 30.000 niños en las calles.
La mendicidad es un tipo de esclavitud moderna, en la que una o más personas utilizan a niños y niñas para fines de lucro, ya sea para pedir dinero, transportar armas o drogas a cambio de un dinero.
Mabel Morales.
Mabel Morales López es psicóloga, especialista en Psicología Forense y Coordinadora de Campos, Programas y Proyectos del Capítulo Zona Norte Colpsic. Ella explica que “la mendicidad de los niños es un atractivo de lucro para los adultos.
Mientras el principio de demanda y oferta sea un gran atractivo ante la necesidad inmediata de la población con profundas carencias en sus necesidades básicas insatisfechas en la Costa Caribe, la mendicidad será una opción muy fuerte al que recurren, porque esa práctica constituye la rapidez para obtener un beneficio inmediato ‘sin tanto esfuerzo'”.
Morales dice que ya en la Costa Caribe vemos la mendicidad de un modo natural y que, aunque haya voluntad de las entidades Distrital y Departamental para acabar con esta práctica, no es fácil atacar un problema multicausal, que tiene que ver con la vulnerabilidad en que se encuentra la población, las condiciones de pobreza, una permeada cultura de facilismo debido a la falta de empleo y falta de mano de obra calificada.
“La mendicidad en niños constituye una actividad muy fácil para los adultos que utilizan a los menores de edad, pues un menor es fácilmente coaccionado porque no tiene la capacidad de oponerse, porque creen que un adulto siempre los protegerá. La mendicidad es un tipo de esclavitud moderna, en la que una o más personas utilizan a niños y niñas para fines de lucro, ya sea para pedir dinero, transportar armas o drogas a cambio de un dinero.
El nefasto alquiler de niños para pedir dinero
En algunos casos, muchos acuden a la práctica de alquiler de niños y niñas. Recordemos que los niños están por lo general bajo la custodia de una madre, un padre o un familiar adulto, que por diversas circunstancias no ejercen el cuidado adecuado para prevenir este tipo de práctica violatoria de Derechos Humanos, “por lo tanto se requiere del trabajo conjunto de los funcionarios las 24 horas, así como inversión social en necesidades básicas insatisfechas: alimentos, salud, educación, vivienda y especialmente una red de apoyo familiar funcional.
¿Qué podemos hacer si vemos estos casos?
Mabel Morales explica que “La primera autoridad protectora de la población infantil es el Instituto
Colombiano de Bienestar Familiar, quienes realizan acompañamiento a las autoridades como la Policía de Infancia y Adolescencia, entre otras. El delito no descansa, por lo cual se debe trabajar de manera conjunta las 24 horas, los 7 días del año”.
Existen líneas gratuitas para llamadas:
✔ La línea Anti-Trata 018000522020 en cooperación entre el Ministerio del Interior y la Organización Internacional para la Migración (OIM).
✔ La línea 018000918080.
✔ La Línea de Urgencias 141 del ICBF que funciona las 24 horas.
En la Costa Caribe
Según un estudio del 2017, titulado, “Trata de personas en Colombia: indicadores para una estrategia de monitoreo desde las regiones” liderado y publicado por la Universidad del Norte, se explica que factores como la migración, la pobreza y la educación cultural influyen para que la región Caribe sea una zona propensa a la trata de personas. Además, que no se cuentan con redes de apoyos que permitan a la población infantil contar con el soporte para denunciar.
CIFRAS:
De los 280 casos de trata de personas registrados en los últimos 5 años en Colombia, 23 se han detectado en el Atlántico, es decir un 8,2%, según cifras que maneja la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (Unodc).
¿Para qué usan a los niños?
“En la alerta temprana emitida por la Defensoría del Pueblo, se habla de la trata de personas como un delito presente en el Atlántico, principalmente en su modalidad de explotación sexual y comercial de niños, niñas y adolescentes. De acuerdo con el documento, se pudo establecer que el uso ilícito de niños, niñas y adolescentes (NNA) en el área metropolitana (de Barranquilla) se da a partir de los nueve años y que son utilizados principalmente para: actividades de vigilancia, como informantes y mensajeros; transporte de suministros, armas y elementos de apoyo para el grupo; transporte de sustancias ilícitas; tráfico o microtráfico de sustancias ilícitas, hurtos, inducción al reclutamiento y utilización de otros niños y niñas. Extorsión, explotación sexual comercial infantil, trata de personas para explotación sexual y sicariato”, continúa la especialista en Psicología Forense.
Capturas en Cartagena
En fecha reciente en la ciudad de Cartagena capturaron 5 individuos entre ellos, cuatro venezolanos y un colombiano, que se dedicaban a supervisar labores de mendicidad de menores de edad en el Centro Histórico de Cartagena. Ellos fueron capturados por el grupo de Infancia y Adolescencia de la Policía Metropolitana de esta capital, dentro de una lucha contra los delitos que afectan la integridad de los niños y niñas.
La captura de estas personas se produjo en flagrancia y se les sindica del delito de explotación de menores de edad, luego de un operativo desplegado en ese sector de la ciudad. Los niños y niñas se encontraban pidiendo dinero a las personas que transitaban por el Centro Histórico de Cartagena.
“Estas personas eran quienes supervisaban e inducían a los niños y niñas de 11 meses, 1, 3, 5, 7,9 y 12 años a pedir dinero a los ciudadanos que transitaban las calles y avenidas del Centro Histórico de
Cartagena. En cifras, durante lo corrido de este año 2022 se ha logrado el rescate de 24 menores de edad; de estos 14 estaban en situación de calle y 10 en mendicidad.
“Sin duda alguna, la ciudad de Cartagena es un destino turístico en la que convergen diversas personas provenientes del extranjero, en la que encuentran toda posibilidad de negocios ilícitos si es su objetivo principal, los niños en situación de calle que no cuentan con una red de apoyo familiar adecuada, en algunos casos son utilizados para expendio de sustancias, el consumo y el acceso carnal abusivo con menor de 14 años, es decir los niños y niñas son presas fáciles para cualquiera que desee realizar cualquier tipo de prácticas ilegal, por la facilidad del acceso a estos menores”, sostiene Morales.
¿Cómo identificar a las víctimas y apoyarlas en su proceso?
Ante este grave delito, William Alejandro Jiménez Jiménez, director ejecutivo de Tribunales del Colegio Colombiano de Psicólogos – Colpsic, afirma que las personas que son rescatadas de este tipo de delito son víctimas en extrema vulnerabilidad que requieren de ser tratados especialmente bajo una ruta responsable.
“Se deben tener en cuenta varias variables que intervienen en este delito, como por ejemplo el tema social, lo psicológico, lo económico, es decir, se hace necesaria una intervención holística y por supuesto la presencia de la familia o personas de confianza durante todo el proceso”, dice el experto.
Usualmente, de acuerdo con Jiménez, las víctimas de trata de personas suelen sufrir de estrés postraumático, depresión, ansiedad, entre otras consideraciones de orden psicológico, por lo que necesitan del acompañamiento constante, mientras se les restituyen sus derechos.
¿Cómo acabar con el delito?
Se debe trabajar directamente con la familia, ellos son el anclaje que necesita la víctima luego de pasar por una experiencia traumática y aunque los gobiernos tienen alguna injerencia, la clave es contar con esa red de apoyo a largo plazo, aclara el experto.
De hecho, muchas de las víctimas se sienten estigmatizadas por sus daños psicológicos y para ello es clave que los profesionales los apoyen con tratamientos … sin juzgar y teniendo en cuenta que no es algo que ellos buscaron. Para el caso de los niños que han sido víctimas de la mendicidad ajena, menores que son alquilados o vendidos para ponerlos a trabajar en los semáforos, la gran mayoría están bajo el efecto de las drogas por lo que, además del acompañamiento psicológico y social, necesitan la intervención médica y jurídica.
Adicionalmente, para aquellas víctimas que no cuentan con la familia, el experto asegura que a la atención integral se debe vincular a familiares lejanos, red de amigos cercanos con los que haya una confianza y se permita el cumplimiento de las garantías. Igualmente, es clave tener mediadores que brinden ese apoyo y acompañamiento para las víctimas.
En Cartagena, el Grupo de Protección a la Infancia y Adolescencia de la Policía Metropolitana de Cartagena en agosto pasado rescató a 12 niños que estaban bajo condiciones de mendicidad.
Los 24 menores que han salido de las calles en 2022 han sido llevados a centros especializados, específicamente a la Comisaría de Familia Permanente, para el restablecimiento de sus derechos, tomando en cuenta la Ley 1098 de 2006 Código de la Infancia y la Adolescencia.
El castigo para quienes exploten a niños va hasta los 7 años de cárcel, de acuerdo a la Ley 1453 de 2011.