La psoriasis es una enfermedad inflamatoria de la piel que se caracteriza por lesiones o placas escamosas y rojas que se localizan con mayor frecuencia en los codos, las rodillas, el cuero cabelludo, las manos y los pies.
Actualmente, se considera que afecta del 0,5 al 3% de la población mundial provocando sensación de irritación, quemazón y dolor.
Pero esto va más allá de la piel, y es que, con frecuencia, el paciente presenta otros problemas a la vez: cardiovasculares, reumatológicos, oftalmológicos. Todos requieren un manejo integral de la enfermedad.
A menudo, se requiere un tratamiento permanente para controlar la inflamación, evitar o retrasar la progresión de la enfermedad y/o el desarrollo de afecciones adicionales.
Ayuda para pacientes y familiares
El rol de las fundaciones de pacientes especializadas en enfermedades de la piel como la psoriasis es educar a los pacientes y trabajar en los retos que existen alrededor de las barreras de acceso. Frente a esto, Guillermo Gutiérrez, director de FUNDAPSO, indica que “debemos trabajar por brindar apoyo psicológico y social a las personas que padecen de psoriasis. Es necesario establecer y mantener un sistema de información sobre programas y servicios sociales para dar apoyo a la población, de modo que las personas con psoriasis tengan un tratamiento adecuado que les garantice una mejor calidad de vida para llevar a cabo todos sus proyectos con normalidad”.
No se puede desconocer que más allá de los síntomas físicos más visibles, existen otras implicaciones de tipo psicológico con las que los pacientes con psoriasis deben convivir constantemente. En este sentido, el 91% de los diagnosticados indican que su condición les hace tener baja autoestima y el 90% afirman sentirse estigmatizados o rechazados. Por eso, además de fomentar el conocimiento de la enfermedad, el sector salud busca mantener sus esfuerzos en innovación para disminuir las lesiones o placas en la piel, de modo que los pacientes puedan involucrarse nuevamente en sus actividades cotidianas.