Nadie habla de lo difícil que es salir de una relación tóxica… la dependencia emocional es lo peor

Mirar el celular cada 3 minutos para ver si ha escrito, odiar cuando sale con sus amigos de parranda… depender de la felicidad que te da el otro es grave.

Hablar de relaciones de pareja en vísperas de Amor y Amistad es un poco triste. Debo confesar que he estado en relaciones tóxicas y me costó muchísimos años salir. Lo peor de esto es que uno resulta siendo víctima y victimario en algún punto de la relación, lo cual no me enorgullece para nada.

“Pero si ustedes se ve que se aman, es que se ven tan bonitos juntos”, dice la gente y en realidad uno esconde años y años de peleas malsanas e infelicidad. No es sino hasta que uno de los dos decide ponerle fin al juego, cuando empieza el dolor del alivio. Uno cree que de verdad en esas relaciones hay amor, cuando lo que existe es una grave dependencia emocional.

Si nunca has tenido una relación larga llena de lágrimas, promesas de cambio y de odio/amor por tu pareja, déjame felicitarte.

Decenas de estudios sobre el tema (por ejemplo la de la Universidad del Tolima) dejan claro que el 80% de los colombianos han cometido al menos un comportamiento violento o de maltrato durante cualquier noviazgo. Estos comportamientos van de la mano con la dependencia emocional.

Y poco a poco somos dependientes del otro

“Los dependientes emocionales desarrollan patrones de vinculación disfuncional. La interrelación puede llevarnos a apegos dependientes y síntomas psicopatológicos como la necesidad excesiva del otro, síntomas de abstinencia y craving en su ausencia”, explica la experta en psicología de parejas, María Moral. El craving por cierto, es la sensación de deseo o la necesidad por alcanzar el estado psicológico que ofrece una droga (la persona de la que se es dependiente digamos).

Sí. ¡Tu pareja se vuelve tu droga!  

“En estas relaciones de pareja, con conflictos de violencia física y psicológica tiende a afianzarse la idea de que la pareja va a cambiar”, añade la experta. Hay que decir que en este punto ya no se puede volver al inicio… la etapa de enamoramiento donde se supone que todo fue llevadero, donde el amor afloraba y nos hacía pensar en un futuro matrimonio y hasta en hijos. Es difícil terminar porque creemos que la otra persona va a cambiar, y eso casi nunca sucede.

Para la investigación “Dependencia emocional en las relaciones de pareja como Síndrome de Artemisa” se estudiaron cientos de parejas y se encontró que los dependientes sufren un vacío emocional y usualmente tienen “antecedentes familiares psicopatológicos, con carencias afectivas durante la infancia”.

El único consejo para superar este tipo de relaciones resume: “tener muy claro cuáles son tus motivos para no estar con esa persona”. 

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