En el informe del Dane señala que aproximadamente el 30 % de las mujeres que dieron a luz en Colombia tenían algún nivel de educación superior en 2023. Esta tendencia dentro de las madres colombianas responde a un mayor acceso a la educación, una mayor pedagogía frente a la sexualidad en los colegios y un amplio portafolio de métodos de anticonceptivos, que ha permitido, no sólo un descenso en las tasas de natalidad, sino también ha provisto mejores herramientas para planear esta gran responsabilidad.
“El aumento paulatino en la proporción de mujeres en Colombia que tienen sus hijos a una mayor edad y en un mejor nivel de escolaridad es un gran avance. Este panorama se traduce en una disminución de embarazos no deseados, una mejor salud materna y una mayor atención prenatal, lo que conduce a partos sin complicaciones”, señaló la Dra. Lucy Arango, Médica Asesora para salud femenina de Bayer.
¿Cómo ha sucedido esto?
En los últimos años, se ha visto un cambio cultural en los jóvenes, quienes han priorizado sus carreras y metas personales por encima de la maternidad. El equilibrio entre vida y trabajo, inquietudes ambientales, cuestiones sociales y la incertidumbre sobre el futuro han llevado a que actualmente un 40 % de los jóvenes reconsideren la idea de ser padres, según un estudio de la revista médica TheLancet . En Colombia, la situación es similar, ya que alrededor del 64 % de los jóvenes entre 18 y 32 años no desean tener hijos.
Esto ha sido posible gracias un mayor acceso a la información, a la educación sexual y a un portafolio amplio de métodos anticonceptivos que se adaptan cada vez más a las distintas necesidades y proyectos de las nuevas generaciones.
¿Qué impactos positivos sobre la maternidad tiene una mayor planificación del embarazo?
Al esperar a alcanzar etapas de mayor edad y educación para considerar la maternidad, las mujeres tienen una mayor capacidad para decidir cuándo y cuántos hijos tener. Esto les permite participar más plenamente en la fuerza laboral, contribuyendo al crecimiento económico y a la reducción de la pobreza, así como a condiciones más favorables para un embarazo saludable, por ejemplo, la posibilidad de un mayor acompañamiento profesional a lo largo del proceso y recursos para equilibrar sus roles laborales y familiares como las licencias de maternidad.
Un estudio reciente de la Universidad de Cambridge (2024) reveló que aquellos hijos que tenían un vínculo más cercano con sus padres en los primeros tres años de vida tendían a mostrar comportamientos socialmente deseables como amabilidad, empatía y generosidad en la adolescencia. En este sentido, la mayor capacidad en términos de recursos (tiempo, económicos, psicológicos)tiene el potencial de fortalecer el vínculo entre padres e hijos en edades tempranas, lo cual aumenta significativamente la tendencia del niño a ser “prosocial” y actuar con amabilidad y empatía hacia los demás.
¿Cuáles son los retos que aún persisten en Colombia?
A pesar del cambio en la tendencia de la maternidad que se ve en Colombia y en otros países desarrollados, las adolescentes enfrentan aún obstáculos educativos y económicos, perpetuando ciclos de pobreza y desigualdad, por lo que se hace cada vez más necesario el apoyo psicológico y emocional adecuado.
Es necesario un esfuerzo conjunto de diversos sectores de la sociedad para abordar las deficiencias en la prevención y educación en salud sexual que aún persisten. Esto garantizará un impacto positivo y duradero en la vida de las adolescentes y sus hijos, promoviendo los beneficios de los embarazos planificados y una mejor salud reproductiva en el país.
