En el marco del Día Mundial de la Salud, Provokers revela el último estudio que realizó sobre la mujer en Latinoamérica, La salud mental. Siendo relevantes las cifras que indican que, en la búsqueda del equilibrio y el empoderamiento, el precio que está cobrando su salud mental, es alto.
Los datos muestran un panorama inquietante, pues más de la mitad de las mujeres consultadas, declaran estar diagnosticadas con alguna condición o enfermedad física o mental como sobrepeso, colesterol hipertensión, estrés, depresión, entre otros. Preocupa pensar en todas aquellas mujeres que ni siquiera han sido valoradas médicamente.
La situación con relación a su salud mental es alarmante, puesto que el 45% declara haber sido dictaminada con alguna condición sicológica o psiquiátrica derivada de lagran carga emocional que implica responder a las exigencias sociales y a su afán de empoderamiento, donde la búsqueda de equilibrio termina siendo una zancadilla que genera el efecto contrario en sus vidas.
A nivel mundial, las mujeres tienen mayor prevalencia de trastornos de salud mental, como la depresión, la ansiedad, los trastornos de alimentación y el trastorno de estrés postraumático, en comparación con los hombres. Muchos factores contribuyen al deterioro de la salud mentalfemenina, la ansiedad relacionada con el trabajo, el hogar y las relaciones personales, los detalles específicos del ciclo de vida femenina como el embarazo y la menopausia, la violencia de género, la inequidad, la discriminación y la falta de acceso a servicios de salud mental de calidad.
Más del 70% declara tener una red de apoyo en familia y amigos cuando lo necesitan, pero sólo 2 de 10 mujeres,consideran importante hablar de su salud mental y emocional con personas externas que no conocen y que sean expertas en el tema. Hablar de estos temas es aceptar ante los demás debilidades o fragilidades, en un entorno en donde ellas se sienten la piedra que sostiene (amigos, familia, trabajo). En donde, además de su auto exigencia al máximo, está lo quesu contexto espera, cumpliendo con todos los roles, cabeza de familia, proveedora, protectora, cuidadora, entre muchos más.
De acuerdo con Paula Duque, gerente de planeación estratégica de Provokers: “Hablar y reconocer dificultades no es fácil para las colombianas, cuando se está buscando responder a todo y a todos sin defraudarse a sí misma y sin defraudar a los demás. A pesar de lo anterior, las mujeres muestran un falso optimismo frente a su familia y seres queridos, a pesar de que las condiciones externas como la sociedad y las instituciones no se las pongan fácil”.
Los espacios que ha ganado la mujer le dan la sensación ilusoria de equilibrio, de tomar sus propias decisiones. Sin embargo, la presión autoimpuesta sumada a lo socialmente demandado, la aleja del camino del bienestar. Es importante destacar que la salud mental de las mujeres es un problema colectivo, influenciado por su entorno social y cultural.