Keila tenía un año cuando le cayó un rayo, hoy nos cuenta su historia

Keila Salcedo tenía solo año y medio cuando un rayo impactó la cama en la que dormía junto a su madre en la vereda Guamocó, Sur de Bolívar. El rayo las arrojó a varios metros de distancia e infortunadamente su madre falleció. Keila sobrevivió.

Ella por supuesto no lo recuerda. De aquel suceso ocurrido en julio de 1996 solo le quedan algunas cicatrices que ya se están borrando. “Me encontraron con la piel chamuscada, con mi piel pegada en la ropa, eso me dicen algunas personas que presenciaron lo que pasó”, cuenta Keila, de 29 años.

Los rayos pueden caer directamente sobre una persona o la corriente transferirse a esa persona a través de la tierra o un objeto cercano. Esto último fue lo que le sucedió a madre e hija; a Keila le contaron que el rayo cayó en la antena de un radio que tenían muy cerca a la cabecera de la cama.

Su madre, Digna Ruiz Tovar, solo estaba de visita en Guamocó. Había ido desde El Bagre, Antioquia para asistir a una hermana que estaba a punto de dar a luz y que trabajaba en oficios varios en una mina. Decidió llevarse a Keila porque se suponía que era una visita feliz.

Digna Ruiz Tovar, madre de Keila.

Rayos constantes

Guamocó, una zona de explotación minera, es corregimiento de Montecristo al sur de Bolívar en Colombia. Las actividades principales además de la minería son la arriería y agricultura. Allí las tormentas eléctricas son constantes pero muy pocos conocen que los mineros son los más expuestos cuando de rayos se trata.

Informes de la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional – OSHA (por sus siglas en inglés) señalan que las personas que realizan sus labores en minas “tienen más riesgo de caída de rayos a causa de las atmósferas inflamables en las que llevan a cabo su actividad. Las tareas de mayor riesgo son aquellas relacionadas con comunicaciones, perforación y transporte de materiales debido a su ubicación”. A ellos se les aconseja por ejemplo, empezar a trabajar tras haber pasado 30 minutos del último rayo ocurrido en un radio de 30 kilómetros.

Keila sabe que su caso es excepcional, extraño y significativo. “Claro que creo que soy un milagro, agradezco a Dios porque tengo vida, y una familia. Pero es triste no haber podido conocer a mi madre, no poderla distinguir y que ella haya muerto tan joven, solo tenía 27 años”, lamenta. 

Keila sobrevivió y hoy día apenas se le ven las cicatrices en brazos y piernas.

A Keila la aterrorizan los truenos y sobre todo los rayos que caen a tierra. Hace unos días se entristeció luego de que un rayo acabara con la vida de Luz Estela Álvarez, Jaime Galindo y Cecil Jiménez. Eran mineros en Nechí y se refugiaban de una tormenta eléctrica bajo un cambuche hecho de palos y plásticos.

Consecuencia de un rayo en el cuerpo humano

“El rayo descarga un pulso electromagnético masivo en milisegundos, generando una carga eléctrica que pasa a través del cuerpo y causa una quemadura que afecta la piel y los tejidos internos. Lo más grave es que afecta el latido cardíaco y puede provocar paro cardíaco y quemaduras oculares”, explica la cirujana María Isabel Cadena Ríos, presidente de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva.

Colombia es uno de los países con mayor actividad de rayos en el mundo. Una investigación publicada en el repositorio de la Universidad Nacional de Colombia, cuya autora es Audrey Cruz Bernal, señala que entre 1997 y 2017 hubo 1.313 muertes por impacto de rayo en Colombia. Esto quiere decir que el fenómeno metereológico deja 63 personas muertas al año, unas 5 personas al mes. 

La investigación resalta que el 72 por ciento de las víctimas son hombres y el 18 por ciento mujeres. Aunque en las zonas rurales las cifras de fallecidos son más altas, también se registran víctimas en varias ciudades. 

Keila es quizás la única persona en Colombia que ha sobrevivido a un rayo a la edad de un año y medio.

Desde el 2017 he venido padeciendo problemas de salud y tengo cálculos en la vesícula. Ahora me está dando dolor continuo y es insoportable. Además tengo problemas de tiroides y por eso me dicen que no me han podido operar”, explica Keila. Ella también aprovecha para que su Eps COOSALUD la apoye y le ayude a tener sea un tratamiento o la operación correspondiente. Actualmente reside en El Bagre, Antioquia.

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