Jóvenes de 18 años tienen más problemas cardíacos que gente de 40… la juventud no es escudo

Un nuevo estudio ha probado que ya la juventud no es un escudo protector contra las afecciones cardíacas.

Desarrollado por Abbott, el estudio halla que las condiciones de salud relacionadas con el corazón tienen una prevalencia similar en todos los grupos de edad analizados. La diferencia entre generaciones consta de un 10%.

Los Baby Boomers (de 58 años o más) reportan 23%, Generación X (de 42 a 57) 17%, Millennials (de 26 a 41) 13% y Generación Z (de 18 a 25) 15% de prevalencia de estas enfermedades.

En el caso de Colombia, al igual que a nivel mundial, las condiciones relacionadas con el corazón, particularmente las enfermedades isquémicas del corazón, siguen siendo las principales causas de defunción.

“La salud cardíaca no es algo que deberíamos dejar para después, ya que cualquier persona, a cualquier edad, puede ser sujeto de estos retos en salud, y nunca es demasiado pronto para priorizar nuestro bienestar”, afirma Álvaro Rojas, director Médico en Abbott.

Para comenzar, se recomienda revisar los siguientes síntomas relacionados con las afecciones del corazón, para determinar si se necesita buscar atención médica:

– Dolor de pecho

• Dificultad para respirar

• Desmayo

• Ritmo cardíaco acelerado o lento

• Latidos irregulares

• Pies, piernas, tobillos, estómago o manos hinchados

Perspectivas por generaciones

Para entender mejor las actitudes y las barreras hacia la insuficiencia cardíaca, el estudio encontró que los jóvenes de 18 a 25 años tenían tasas más altas de enfermedades cardíacas que los millennials y que la brecha en la prevalencia entre las generaciones mayores y las generaciones más jóvenes no era tan grande como algunos pueden esperar. 

El estudio además encontró que el 60 % de las personas que experimentaron síntomas de afecciones cardíacas no sintieron que fueran lo suficientemente graves como para buscar tratamiento médico. Pero entre ese grupo, el 41% tenía en efecto una condición relacionada con el corazón.

Manejo de datos y tecnología para prevenir

“El desarrollo de nuevos dispositivos médicos ayuda a conectar a las personas y a los profesionales de la salud de maneras innovadoras y beneficiosas. Uno de los mejores ejemplos es cómo las nuevas tecnologías brindan a los médicos acceso remoto a datos que pueden ayudarlos a administrar de manera proactiva los cambios en la insuficiencia cardíaca de sus pacientes y ayudarlos a lograr una atención más oportuna, basada en información real”, añadió el Dr. Rojas.

Estos son datos que llaman a considerar cómo todas las generaciones deben escuchar a sus corazones. Por ello, se deben romper las siguientes barreras para que toda la población priorice su salud cardíaca: 

• Atención médica: el 21% de los encuestados de la Generación Z dijeron estar preocupados por los largos tiempos de espera para recibir atención.

• Cobertura médica para un especialista: el 13% de los millennials dijo que les preocupaba la falta de seguro o de cobertura médica necesaria para ver a un cardiólogo o especialista.

• Exposición al COVID-19: el 17% de los encuestados de la generación X manifestaron estar preocupados por la exposición a la COVID-19 al solicitar tratamiento.

• Falta de un diagnóstico certero: 17% de los Baby Boomers dijeron que sentían que su médico de cabecera les diría que sus síntomas no eran nada de qué preocuparse.

Y en todos los grupos de edad, el 44 % indicó al menos algún cambio negativo en el comportamiento con respecto al cuidado de su salud cardíaca, como omitir o retrasar una visita de atención primaria de rutina, debido a la pandemia u otras razones.

Los resultados de este estudio nos dan pistas para entender lo que se necesita para mejorar la atención, disminuir la percepción errónea y la desinformación en torno al riesgo cardíaco y fomentar un diálogo abierto entre los médicos y sus pacientes sobre la salud cardíaca.

Los padecimientos cardiacos no tienen requisitos de edad y los síntomas pueden ser difíciles de identificar, es importante adquirir hábitos saludables para el corazón, programando y manteniendo exámenes físicos de rutina. También es importante buscar la guía de un profesional de la salud para discutir proactivamente los síntomas y el potencial riesgo. Sé tu mayor defensor y recuerda que la intervención temprana es clave.

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