IVU: Infección tras infección después de las relaciones sexuales

Algunas mujeres presentan cuadros repetitivos de infecciones del tracto urinario y algunos de estos están relacionados con la actividad sexual, especialmente con el coito.

Esto afecta de manera negativa la calidad de vida de las mujeres y de sus parejas; porque cada nuevo episodio de IVU (infección de vías urinarias) se vuelve un drama, haciendo que ya no se quiera tener relaciones sexuales, incluso produciendo algún tipo de disfunción sexual femenina (bajo deseo, dolor o trastorno del orgasmo).

De acuerdo con Sandra García, médica Especialista en Urología y Medicina Sexual, “cuando los síntomas no ceden y por el contrario empeoran, es importante consultar con su médico de confianza o un urólogo. Este puede decidir iniciar tratamiento antibiótico según sea el caso.”

¿Qué tan frecuente es la IVU post coito?

Aunque no hay cifras exactas en Colombia, estudios han demostrado que entre el 30 y el 40% de las IVU son postcoitales y se producen en un tercio de las mujeres en edad reproductiva.

Por qué ocurre

– Aplazar la micción (aguantar)

– No orinar antes ni después de la actividad sexual.

– Poca lubricación durante el coito.

– Sexo anal sin protección y/o pasar a penetración vaginal sin cambio del preservativo y sexo oral sin protección.

– Bajo consumo de líquidos.

A veces las mujeres pueden confundir síntomas vaginales con síntomas urinarios, haciendo que se automediquen y generando mayor resistencia antimicrobiana.

Cuáles son los síntomas

Los síntomas pueden presentarse desde pocas horas hasta varios días después del coito, estos pueden iniciar con una leve molestia tipo ardor al inicio o al final de orinar.

En ocasiones no cede espontáneamente y puede progresar presentando orinadera, sensación de no terminar de orinar o quedar con ganas, urgencia miccional que puede o no acompañarse de escape de orina (Incontinencia) y en casos más extremos presentar sangrado en la orina o volverse un cuadro que comprometa todo el organismo (compromiso sistémico).

“Una opción con la que se cuenta es la fosfomicina trometamol. Sin embargo es importante que el médico de la indicación, por cuanto tiempo y en que frecuencia debe tomarse. Este es un medicamento seguro, con baja resistencia; Sin embargo, si su uso es indiscriminado se puede disminuir la susceptibilidad bacteriana al medicamento y presentar efectos secundarios en otras áreas del cuerpo”, indica la doctora García.

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