En un panorama cada vez más complicado, Colombia se enfrenta a desafíos alarmantes en su sistema de salud. Según el reciente Informe de Servicios de Salud de Ipsos 2024, el 64% de los colombianos considera que el sistema de salud está sobrecargado, un aumento significativo desde el 54% reportado en 2018. Este indicador coloca a Colombia por encima del promedio global, lo que refleja una realidad que afecta a millones de personas en necesidad de atención médica.
Otro dato relevante es que la salud mental se ha convertido en un problema emergente de salud mental en el país, pues un 45% de los colombianos considera la salud mental como el mayor problema del sistema, superando incluso al cáncer. Esta cifra representa un aumento significativo respecto a años anteriores, evidenciando una creciente preocupación por el bienestar psicológico de la población. Mientras que en países como España y Francia la atención a este flagelo ha mejorado significativamente, el sistema colombiano enfrenta desafíos para proporcionar el soporte necesario.
Los factores que contribuyen a la situación actual de la salud mental son diversas, incluyendo factores sociales, económicos y políticos. El estrés laboral, las dificultades económicas, la violencia, la desigualdad social y la falta de acceso a servicios de salud mental son algunos de los factores que contribuyen a este problema.
Paralelamente a esta crisis de salud mental, el sistema de salud colombiano enfrenta múltiples desafíos. El 77% de los encuestados indica que los tiempos de espera para obtener una cita médica son demasiado largos, si se compara con países con mejores índices como Corea del Sur (41%), Suiza (42%) y Estados Unidos (49%). Además, el 78% de los colombianos encuestados consideraron que no pueden pagar una buena atención médica, lo que revela un sistema de salud enfrentando una alta demanda de servicios con recursos que son percibidos como limitados.
La falta de inversión en salud preventiva y la facilidad para automedicarse son otros problemas que agravan la situación. De hecho, la investigación de Ipsos reveló que un 73% de los colombianos admite tomar decisiones de salud de manera independiente, sin consultar a un médico. Esta práctica puede tener consecuencias graves para la salud y generar un mayor gasto en el sistema.
Los jóvenes se encuentran entre los grupos más impactados
El estudio de Ipsos muestra que la salud mental ha escalado posiciones como la principal preocupación de salud para la población colombiana, especialmente entre las mujeres. El 51% de las mujeres colombianas, particularmente las de la Generación Z, ven la salud mental como su mayor problema, en comparación con solo el 37% de los hombres jóvenes. Esta tendencia se repite a nivel global, pero en Colombia destaca como un tema crítico, donde las mujeres son las más afectadas por la falta de atención adecuada.
En Colombia los servicios de atención se ven limitados por la falta de personal y el acceso restringido a tratamientos especializados, afectando la respuesta especialmente a la población más joven lo que resulta en una falta de protección para muchos ciudadanos que requieren apoyo en salud mental.
Análisis de los desafíos en la atención médica
Una de las conclusiones más impactantes del informe es que solo el 44% de los colombianos califica como “buena” la calidad de la atención médica que reciben. Esta cifra ha disminuido significativamente desde el 53% registrado en 2021, cuando la pandemia de Covid-19 parecía haber incentivado una mayor inversión en el sistema de salud. Sin embargo, tres años después, los resultados actuales sugieren que el sistema enfrenta fatiga operacional, los tiempos de espera se han prolongado y se percibe quela calidad de los servicios ha retrocedido a niveles preocupantes.
El acceso al tratamiento es uno de los problemas más graves que enfrenta Colombia como uno de los principales desafíos. Esta situación, aunque común en varios países, adquiere un tono alarmante en Colombia, donde los recursos son limitados y los pacientes tienen pocas opciones para obtener atención oportuna, lo que agudiza aún más el problema, llevando a muchos a cuestionarse si el sistema puede resistir las presiones actuales.
¿Cómo está Colombia frente a otros países?
A nivel global, Colombia no es el único país que enfrenta una sobrecarga en su sistema de salud. Gran Bretaña, por ejemplo, lidera las cifras con un 82% de su población que considera que su sistema de salud está sobrecargado. Sin embargo, la diferencia radica en que el gobierno británico ha implementado medidas significativas para mejorar el acceso y la calidad de los servicios, mientras que, en Colombia, el sistema parece estar estancado.
En países como Hungría, donde solo el 12% de la población califica como buena la atención médica que recibe, la situación es aún más crítica. Sin embargo, la tendencia global es clara: los sistemas de salud a nivel mundial están experimentando una sobrecarga significativa, y los ciudadanos exigen mejoras inmediatas.
El informe de Ipsos revela un dato alarmante: tan solo el 28% de los colombianos espera que la calidad de la atención médica mejore en los próximos años. La falta de recursos, el envejecimiento de la población y la burocracia se siguen percibiendo como los mayores obstáculos para mejorar.
Sobre el estudio:
Estos son los resultados de una encuesta realizada por Ipsos en 31 países en su plataforma en línea Global Advisor y, en India, en su plataforma IndiaBus, entre el viernes 26 de julio y el viernes 9 de agosto de 2024. Para esta encuesta, Ipsos entrevistó a un total de 23.667 adultos mayores de 18 años en India, de 18 a 74 años en Canadá, República de Irlanda, Malasia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Turquía y Estados Unidos, de 20 a 74 años en Tailandia, de 21 a 74 años en Indonesia y Singapur, y de 16 a 74 años en el resto de países. Las muestras de Brasil, Chile, China, Colombia, Indonesia, Irlanda, Malasia, México, Perú, Singapur, Sudáfrica, Tailandia y Turquía son más urbanas, más educadas y/o más prósperas que la población general. Los resultados de la encuesta de estos países deben considerarse como un reflejo de las opiniones del segmento más “conectado” de su población.