Experta explica por qué hacer una siesta después del almuerzo es bueno para su salud

El secreto para un día lleno de energía y estabilidad mental podría ser tan simple como cerrar los ojos por unos minutos después del almuerzo. La siesta, ese breve descanso diurno, ha demostrado científicamente, ser una poderosa herramienta para reducir el estrés y mejorar el bienestar general, según la psicóloga y docente de la Facultad de Psicología de la Fundación Universitaria Sanitas, Nidia Yineth Preciado.

La siesta, que puede durar desde unos minutos hasta un par de horas, se ha convertido en una práctica invaluable para quienes buscan recuperar energías y enfrentar el resto del día con vigor. Este corto pero revitalizante sueño no solo ayuda a recuperar energías, sino que también desempeña un papel crucial en la reducción del cortisol y la hormona del estrés, proporcionando una mayor estabilidad mental y física.

Para Preciado, las siestas ayudan a regular los niveles de estrés y contribuye significativamente a mejorar el estado de ánimo. “Un descanso adecuado durante el día puede prevenir la irritabilidad y el mal humor, mejorando así la capacidad de concentración y la productividad. Es crucial que la siesta se tome en un tiempo limitado, idealmente no más de 90 minutos, y en condiciones apropiadas” argumentó la profesional. Para tener un momento de descanso perfecto, la psicóloga Preciado sugiere que: 

1. Tenga en cuenta que la calidad del descanso puede verse afectada por la posición y el entorno en el que se realiza la siesta, intente que esto sea fuera de espacios como escritorios y asientos, y se prefiere una habitación o lugar con completa comodidad.

2. El momento del día en que se toma la siesta también es vital para su efectividad. Es recomendable evitar la siesta cerca de las horas de alimentación, de ejercicio intenso, o de sueño nocturno, ya que esto puede dificultar la recuperación corporal.

3. Las siestas deben no deben superar los 90 minutos para evitar la somnolencia post-siesta

4. Se debe establecer una rutina de sueño saludable, incluyendo dejar las pantallas mínimo una hora antes de dormir, no cenar en exceso antes de acostarte, y evitar desvelarse en actividades que puedan realizarse en otros momentos del día.

5. Complemente la siesta con ejercicio regular y una dieta equilibrada para maximizar sus beneficios.

La siesta no solo es una costumbre placentera, sino que también es una estrategia comprobada para mejorar la calidad de vida. Adoptar este hábito puede ser el primer paso hacia un día más productivo y una mente más equilibrada.

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