En Medellín, jóvenes diseñaron un exitoso videojuego mientras validaban el bachillerato

Un grupo de jóvenes de Medellín, beneficiarios del programa Vision4rios de Sapiencia, diseñó un videojuego educativo que combina enseñanza y conciencia ambiental de forma entretenida. Durante cuatro meses, los participantes del curso Desarrollo de Videojuegos para la Creatividad aprendieron a crear imágenes en 2D y 3D, y a usar herramientas avanzadas de software para este tipo de desarrollos.

“Visiona4rios no solo les ha permitido aprender sobre programación, diseño y desarrollo de videojuegos, sino que también los ha capacitado para pensar de manera crítica, creativa y colaborativa, con habilidades clave para su futuro
profesional. Estos jóvenes, formados en un entorno que promueve la innovación y el conocimiento, están contribuyendo a posicionar a nuestra ciudad como un referente en el desarrollo de soluciones tecnológicas y digitales”, dijo el director
general de Sapiencia, Salomón Cruz Zirene.

El videojuego toma como base el concepto del ‘camino del héroe’. En esta historia, el protagonista es un estudiante que, tras llegar tarde a la universidad, se enfrenta a un campus lleno de obstáculos: residuos de basura y un ejército de
‘zombies phone’, como bautizaron a los villanos, que representan a estudiantes distraídos que bloquean pasillos, escaleras y accesos de la institución por estar ‘pegados al celular’. Para llegar al final de la prueba, se deberá ‘sobrevivir’ en corredores, recolectando monedas y comida, al igual que recargando un juguete limpiador.

“De alguna manera, estamos utilizando esos personajes que constantemente están ‘pegados al celular’, no prestan atención en clase, bloquean el paso, generan desorden y, por supuesto, basura. A medida que el jugador recoge basura, va ganando premios, como monedas, que le sirven para obtener
herramientas, como una pistola de agua para limpiar de forma más eficiente o comida para mantener su línea de vida”, explicó Alejandro Coronado, docente del curso.

Los creadores no son desarrolladores comunes. Aunque no trabajan para grandes compañías de la industria de los videojuegos y los gigantes de las
consolas, algunos salen de las calles empinadas de Enciso, en la zona centro oriental, o Castilla, en la noroccidental, para validar el bachillerato, mientras
cumplen turnos de meseros o mensajeros.
Por ejemplo, para Salomé Posada Londoño, de 18 años, este proyecto ha sido el resultado de una pasión de toda la vida: “Desde chiquita jugaba Play Station con mi hermano y por ende me gustó aprender. Yo dije: quiero ver cómo se hace un
videojuego, si lo sé jugar. A los demás que quieran estudiar, les puedo decir: recárgate y vuelve a brillar, no todo sale a la primera y es una cosa que lleva mucha constancia y mucho compromiso”.
De pasar horas detrás de las pantallas a desarrollar su propio avatar y niveles, Alejandro Velázquez Cartagena, del barrio Castilla, combina su afición con su trabajo como mesero: “Juegos reconocidos como Call of Duty tienen una ciencia, y uno dice: sí y no. Los puedes hacer tú mismo, y aparte puedes venderlo y generar ingresos. Por donde sea que lo veas, puedes generar ingresos”.

Al curso se inscribieron 35 personas de entre 16 y 43 años, provenientes de comunas como Robledo, Castilla, Villa Hermosa, Santa Cruz, Buenos Aires,
Belén, Laureles/Estadio, Doce de Octubre y La Candelaria, y principalmente de estratos 2 y 3. Los creadores hicieron parte del grupo de 885 personas quienes se certificaron en los diferentes cursos ofrecidos por el programa Vision4rios de Sapiencia en 2024.

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