Columna del doctor Agustín Guerrero
En Latinoamérica, el Sistema Electrónico de Administración de Nicotina (SEAN), conocido como cigarrillo electrónico o vapeador, es la tercera sustancia más consumida en la población de adolescentes, después del alcohol y el cigarrillo convencional, según la OMS. Se trata de un dispositivo con batería que hace que se caliente una solución líquida con saborizante y nicotina, produciendo vapores que son inhalados por el consumidor. En la actualidad, se habla de aerosoles con sustancias toxicas, nocivas y presencia de psicoactivo, principalmente, la nicotina, algunos sin ella, lo cual es algo difícil de identificar.
En EEUU se han identificado alrededor de 520 marcas y 8.000 sabores, algunos comprenden, no solo nicotina, sino resina de cannabis.
Los dispositivos más antiguos son desechables y los más modernos son de mayor capacidad, recargables y permiten que, el usuario, pueda mezclar diferentes sustancias psicoactivas; además, simulan una USB, por lo que pueden ser transportados en forma camuflada; son muy llamativos para los adolescentes y adultos jóvenes.
Entre los efectos nocivos sobre la salud, se resaltan: dependencia a la nicotina con impacto negativo en el desarrollo cerebral, alteraciones en la salud mental y en el aprendizaje; exposición a sustancias toxicas capaces de incrementar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, respiratorias, cáncer y resultados reproductivos adversos; información ésta, que desmiente las publicaciones que dan cuanta de mayor inocuidad de estos dispositivos con relación al consumo del cigarrillo normal, etc..
En el “II Foro Iberoamericano sobre consumo de sustancias psicoactivas (SPA) y su impacto en la salud pública”, al que tuve la oportunidad de asistir, se presentó el resultado de una investigación, titulada “Prevalencia y Factores Psicosociales Asociados al consumo de Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN) en Población Universitaria de Bogotá 2022″. Entre las conclusiones están: jóvenes, antes de los 19 años, acceden al SEAN, en un 48% en forma simultánea o antes de iniciar el consumo de cigarrillo convencional; lo usan porque son atractivos, discretos, más aceptados, considerados menos nocivos; y, algunos justifican su consumo para dejar de fumar -lo que puede ser efecto de la publicidad, sobre el particular, dirigida a esta población-; padecen efectos nocivos agudos relacionados con la nicotina y la irritación de vías respiratorias y digestivas; aumenta los síntomas de estrés y ansiedad; algunos están consumiendo simultáneamente cigarrillo convencional y SEAN, además están agregando otras sustancias psicoactivas; el consumo de cigarrillos por familiares, amigos o compañeros es el factor más asociado al consumo de SEAN por universitarios. En nuestro medio igualmente se viene presentando el consumo, no conozco datos sobre la prevalencia, pero con los hallazgos de la presente investigación el consumo de SEAN debe ser entendido como un problema de Salud Pública y los datos son muy importantes para trabajar en prevención tanto en Colegios como en Universidades.