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Cutting: Cómo ayudar a los jóvenes que se hieren cuando sienten dolor o tristeza

“Actualmente estoy luchando con esta adicción, una acción bastante rara que no puedo dejar de hacer”, dice Joss*, quien ha pedido reserva de su nombre.

María* también solía lastimarse y cuenta: “Me marcaba las piernas, a ver si el dolor que sentía por los problemas con mi pareja se acentuaban un poco”.

Lamentablemente, el cutting es un fenómeno que va en aumento y que está presente a nuestro alrededor, solo que no se habla de ello.

El cutting es una de las principales prácticas de autolesión (AL) en jóvenes, en la que se realizan cortes superficiales a severos en diferentes partes del cuerpo como muñecas, pecho, abdomen y cuello.

En las píldoras informativas “Pulso a Pulso, tu salud es primero” de la Ips Cuidado Seguro en Casa, la psiquiatra Kety Marrugo afirma que hoy día los jóvenes necesitan espacios para ser escuchados: “Desde la familia, una buena forma de prevención es el diálogo, posibilitar que los hijos hablen para que ellos se sientan escuchados y comprendidos. Escuchar es la base para cualquier tipo de trastorno”, recomienda.

Según la psiquiatra Marrugo, el cutting (cortarse/ autolesionarse) es la forma en la que algunas personas muestran los síntomas de un malestar que ellos tienen a nivel de sus pensamientos y emociones.

“No es una enfermedad, sino un síntoma de que algo no está funcionando bien. La finalidad del cutting no es quitarse la vida, sino hacerse daño, desviar el dolor”, dice la experta.

Un estudio de la Universidad Nacional de Colombia encontró que los factores de riesgo más frecuentes para el cutting fueron presentar antecedentes de enfermedad mental, ser víctima de violencia psicológica y en el caso de los varones, consumir sustancias psicoactivas.

Este comportamiento‭ es ‬tres‭ ‬veces‭ ‬más
frecuente en niñas que en niños y el antecedente personal psiquiátrico podría aumentar el riesgo de presentarlo.

Como los adolescentes y jóvenes son los más afectados por esta práctica, es necesario reconocer sus síntomas:

  • Tener cicatrices, a menudo iguales y repetitivas.
  • Frotar de manera excesiva una zona para producir una quemadura.
  • Hacer informes frecuentes de lesiones accidentales.
  • Tener dificultades para relacionarse con los demás.
  • Presentar conductas y emociones que cambian rápidamente y que son impulsivas, intensas e inesperadas.
  • Hablar de impotencia, desesperanza o inutilida


*Nombres cambiados a petición de la fuente

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