En el mundo, del 1,1 al 10,8 por ciento de la población presentan alergia a algún alimento.
Kjersten Nett, nutricionista y dietista de Clínica Mayo explica las principales diferencias e indica aspectos relevantes a tener en cuenta:
Se suele confundir la alergia con la intolerancia alimentaria ya que algunos síntomas pueden ser similares. “Cuando se presenta una alergia alimentaria, el cuerpo reacciona de manera exagerada a un alimento determinado como si fuera una amenaza. Esto puede suceder incluso con una cantidad pequeña del alimento. En el caso de algunas personas, la alergia puede desencadenarse por oler o entrar en contacto con el alimento”.
Cuando entra en contacto con el alimento, el sistema inmunitario libera un anticuerpo llamado inmunoglobulina E para neutralizar el alérgeno de ese alimento, estos anticuerpos le indican al sistema inmunitario que libere una sustancia química llamada histamina, que provoca muchos síntomas de alergia, como picazón, hinchazón, urticaria y dificultad para respirar.
Los 8 alérgenos alimentarios más comunes son:
· Huevo
· Leche
· Maní
· Mariscos
· Nueces de árbol
· Soya
· Pescado
· Trigo
Intolerancia alimenticia
A diferencia de una reacción alérgica, los síntomas de la intolerancia a un alimento habitualmente son gastrointestinales. La intolerancia significa que el cuerpo no tiene los mecanismos correctos para digerir determinados alimentos de manera adecuada.
Una intolerancia alimentaria común es a la lactosa, el azúcar principal de los productos lácteos. Cuando se tiene intolerancia a la lactosa, el cuerpo tendrá dificultades para digerir lactosa, lo que provoca síntomas como flatulencias, dolor abdominal y, en ocasiones, diarrea.
Entre otros tipos de intolerancia que a veces se confunden con la alergia alimentaria se incluyen:
Síndrome de colon irritable: afección que causa diarrea frecuente, estreñimiento, distensión abdominal y otros síntomas gastrointestinales cuando se consumen algunos alimentos en exceso.
Enfermedad celíaca: afección por la que el cuerpo sufre daños a nivel microscópico por el consumo de gluten, que se encuentra en productos derivados del trigo, la cebada o el centeno
Intoxicación alimentaria provocada por bacterias que contaminan los alimentos
El profesional mejor calificado para diagnosticar una alergia alimentaria es un alergólogo quien revisará detalladamente los antecedentes médicos para averiguar si los síntomas son por una reacción alérgica, intolerancia u otro problema de salud.
Entre las pruebas de alergia alimentaria se incluyen las siguientes:
Prueba cutánea
En una prueba cutánea se puede determinar qué alimentos, si los hubiera, desencadenan sus síntomas de alergia. En la prueba cutánea, se coloca una pequeña porción del alimento sobre el antebrazo o la espalda mediante un pinchazo diminuto justo debajo de la piel. Si es alérgico a la sustancia, se formará un bulto pequeño.
Prueba de sangre
Es posible que el alergólogo tome una muestra de sangre para medir los niveles de inmunoglobulina E específica de los alimentos. Un resultado positivo no necesariamente significa que tiene una alergia alimentaria, pero puede ayudar a unir las piezas del rompecabezas.
Diario alimentario
Es posible que le pidan que lleve un diario de las comidas que come y si tiene una reacción.
Dieta de eliminación
Una dieta de eliminación limitada se trata de excluir los presuntos alérgenos alimentarios de la dieta según las instrucciones del profesional de atención médica durante algunas semanas. Luego, se vuelve a incluir el alimento a la dieta para ver si los síntomas reaparecen.
Desafío alimentario oral
En esta prueba, que se lleva a cabo en el consultorio del alergólogo, se le administran cantidades pequeñas, que se aumentan de forma progresiva, del presunto alimento. El profesional de atención médica lo observa para ver si ocurre una reacción. Solo la reacción a los alimentos presuntos confirma el diagnóstico de una alergia alimentaria. Si no tiene reacciones, podrá volver a incluir ese alimento en su dieta.
Lamentablemente, la alergia alimentaria no se puede curar. Solo puede prevenir los síntomas evitando los alimentos que causan reacciones. Si entra en contacto con un alimento que provoca una reacción alérgica menor, por lo general, puede usar un antihistamínico para aliviar los síntomas. En el caso de una reacción grave, es posible que necesite una inyección de epinefrina de emergencia o dirigirse a urgencias. Debe usar siempre un brazalete o collar de advertencia médica. Busque atención médica si cree que está teniendo una reacción alérgica.