Cortisol: la hormona que se activa con el estrés y cuyo exceso origina una joroba de grasa detrás del cuello

En TikTok y redes sociales seguramente has visto videos donde hablan de la hormona Cortisol, la responsable del estrés en nuestro cuerpo. Se explica que los altos niveles segregados frecuentemente de esta hormona hacen que se deteriore nuestra salud. ¿Qué dicen los expertos?

Una entrevista concedida a BaptistHealth por la neuróloga Dalia Lorenzo M.D del Miami Neuroscience Institute  nos da luces: ”Los altos niveles continuos de cortisol pueden causar que la salud de una persona comience a deteriorarse en distintos niveles. Esto puede causar problemas de salud al suprimir el sistema inmunológico, alterando el metabolismo y causando que la persona tenga mayores probabilidades para la diabetes, la osteoporosis, la fatiga crónica y el aumento de peso”, explica.

Por otro lado, hay expertos que opinan que es importante no ”satanizar” esta hormona, cuya función es ayudar a responder al estrés (por eso se le llama la “hormona del estrés”). Ella ayuda a reducir la inflamación, regular el nivel de azúcar en la sangre y controlar el metabolismo (cómo el cuerpo utiliza la comida para obtener energía).

“En casos muy particulares, las personas que producen cantidades excesivas de cortisol pueden presentar un conjunto de síntomas conocidos como síndrome de Cushing. Las personas con síndrome de Cushing pueden desarrollar una joroba de grasa en la parte posterior del cuello; aumentar de peso, sentir fatiga y tener problemas para dormir. A algunos les salen moretones con facilidad y sus niveles de azúcar en la sangre y de presión arterial también pueden aumentar. Eso sí, se debe hacer un diagnóstico”, explica Pratibha P.R. Rao, directora médica del Centro Suprarrenal de la Clínica de Cleveland.

Cómo mantener el nivel del cortisol

Todos los expertos coinciden en que la alimentación, meditar y el ejercicio moderado ayudan a regular los niveles de cortisol a lo largo del día. Pero también ”Las técnicas para el manejo del estrés y las relaciones armoniosas de bajo conflicto son importantes para prevenir los niveles de cortisol crónicamente elevados”.

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