Inició en Cartagena el 23° Congreso Nacional Cooperativo, Confeccop, con la participación de representantes del sector público y privado en un escenario en el que las cooperativas están llamadas para ser protagonistas del desarrollo del país.
Concretar-Integrar-Actuar es la premisa de este
encuentro que sustenta como con la cooperación diversos grupos y comunidades han conseguido organizarse, construir un tejido social y lograr un mayor bienestar.
Durante los dos días del congreso, se visibiliza el trabajo realizado por las cooperativas en Colombia y su
impacto en términos económicos y sociales, potenciarlo a través de diversos mecanismos, desde las políticas públicas, hasta las iniciativas que surjan de las propias cooperativas.
El presidente de Confecoop Carlos Acero, destacó que el Congreso Nacional Coopertivo está pensado desde
la esperanza y tiene como punto de partida la inspiración, hasta llegar al accionar cooperativo, en el que la ayuda mutua es el instrumento que no solo debe utilizar el cooperativismo, sino también la sociedad
colombiana.
“A veces nos quedamos maravillados en el discurso y es el momento de pasar de la teoría a la acción, es
debemos trabajar fuertemente hacia adentro, como movimiento” sostuvo líder gremial.
Para la Unidad Solidaria la participación en este Congreso es fundamental, por el trabajo en diferentes zonas del país.
“Tenemos un trabajo regional muy importante, acompañamos de forma permanente a los comités de
impulsos regionales que son el corazón de todo este movimiento, porque ellos son los que están organizando las cooperativas, las asociaciones rurales o urbanas, en las distintas ciudades de Colombia”
, sostiene Mauricio Rodríguez Amaya, director de la Unidad Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias.
El funcionario afirma que en diferentes experticias como el Derecho, la investigación y haber estado al lado de las organizaciones, y siguiendo los lineamientos del Presidente Gustavo Petro, “nuestra relación con la gente
no debe ser a medias, completa, que tengamos la posibilidad de conectarnos directamente con las
comunidades, un gobierno que incrementa su presencia en el territorio” dice Rodríguez Amaya quien
recuerda la importancia de la economía solidaria y el cooperativismo como ayuda de conjunto.
La participación de la Unidad Solidaria en el congreso sirvió para plantear temas importantes donde se
destaca el desarrollo de circuitos asociativos solidarios, la integración de la economía solidaria, popular y
comunitaria en territorios de Colombia.
Un trabajo que refuerza los propósitos que se van a adelantar en el “Encuentro Internacional de Economías
para la Vida” que se desarrollará en Cali en la próxima Cumbre COP 16 “Este es un espacio que es alterno a la COP 16 y tiene la característica de los gobiernos -Eco Vida- de movimientos sociales, solidarios y comunitarios de América Latina y del mundo. Tenemos confirmadas delegaciones de África, Europa y América, por supuesto”
.
Agrega el Director de la Unidad que este encuentro internacional busca producir una agenda conjunta entre
gobiernos y organizaciones,
“para impulsar lo que ya han planteado las Naciones Unidas en el sentido de materializar la economía solidaria como motor del desarrollo nacional e internacional”
.
Una vez terminada la COP 16, para la Unidad que es adscrita al Ministerio de Trabajo, los propósitos
estarán encaminados a seguir impulsando la apuesta a la integración del territorio a través de los circuitos
asociativos solidarios y una segunda tarea importante.
“Seguir ampliando la educación solidaria, este año
empezamos con 100 colegios, que ya tienen formación en la sociedad solidaria y hemos creado la red de
universidades solidarias con 52 instituciones”, concluyó.
En el congreso de Cooperativismo que termina hoy viernes se han escuchado las voces de expertos que
reiteran la importancia de la educación, planteada por la Unidad Solidaria, como uno de los pilares de
sustentación del desarrollo cooperativo.
María Eugenia Pérez, presidenta de la Asociación de Cooperativas de Colombia, Ascoop, puntualizó que las
sociedades que no educan están condenadas a desaparecer, y para ello, las cooperativas deben innovar en el modelo de educación para los niños, desde la lúdica, el liderazgo y el emprendimiento, haciendo del
cooperativismo no solo una prédica sino una experiencia.