La situación en los Cerros Orientales de Bogotá aún es preocupante. Entre ayer y hoy el humo se ha esparcido en localidades como Chapinero haciendo que los citadinos vuelvan a usar tapabocas.
“El ambiente se siente pesado, arden los ojos, respiro con dificultad”, dice la bogotana Natalia Gómez.
Aún persisten cuatro focos de incendio, que se avivan debido a los fuertes vientos que impactan en los cerros.
Miles de animales han muerto o están escapando hacia Bogotá. Para estos últimos se han dispuesto bebederos de agua en lugares como la Universidad Externado.