A partir del primero de junio empieza la temporada de ciclones en el Caribe. El dato lo dio a conocer Ghisliane Echeverry, directora del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales – Ideam, quien anunció que estos fenómenos tendrán incidencia en Colombia
“Hasta ahora lo que muestran los modelos es que va a ser una temporada bastante fuerte que puede romper récords históricos, tanto en número de ciclones como en intensidad”, afirmó la directora en rueda de prensa.
En nuestro país se pronostican al menos 23 tormentas para 2024, “lo que superaría por un margen bastante amplio” el promedio de 14 que se tenían por año. También se prevén fuertes huracanes.
Un ciclón es un viento de gran intensidad que gira en círculos, como un torbellino. Este fenómeno se desarrolla junto a tormentas y huracanes.
Los ciclones tropicales están entre los sistemas meteorológicos más peligrosos y destructivos de la tierra.
Colombia necesita prepararse. Recordemos que el 16 de noviembre de 2020, el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina sufrió los impactos del huracán Iota, el primer huracán de categoría 5 que llegó a los territorios insulares en Colombia. Sus vientos de más de 249 km/h afectaron gran parte de la infraestructura de estos territorios dejando $1.4 mil millones de pesos en pérdidas y lo más lamentable: 84 muertos.
¿Cómo protegerse de vientos fuertes y tormentas?
Mueva sus autos
Mueva los autos a un terreno más alto o estaciónelos en su garaje contra las puertas del garaje. No se estacione debajo de árboles, líneas eléctricas o en zonas bajas.
Asegure el exterior
Pode árboles y arbustos grandes y lleve al interior todos los muebles de jardín, plantas en macetas, bicicletas y juguetes.
Refuerza los techos
Los vientos huracanados pueden provocar que las tejas se despeguen, especialmente si las tejas de los bordes no están bien aseguradas. Reforzar los techos es necesario para evitar que el zinc o tejas vuelen por el aire y causen accidentes.
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Tormentas y salud
“Esta nueva realidad climática está alterando la distribución geográfica de las enfermedades transmitidas por agua, aire y suelo. Es urgente fortalecer la integración de los datos hidrometeorológicos a la vigilancia en salud”, dijeron además desde el IDEAM.