Según un estudio de Scielo, todas las personas están expuestas al CO o monóxido de carbono, en distintos niveles, pero inhalarlo en grandes cantidades puede ser mortal, sin que la víctima se dé cuenta.
El monóxido de carbono (CO) es un gas incoloro, no irritante, inodoro e insípido que se produce por la combustión incompleta de hidrocarburos como carbón y gas (butano, propano). Esto puede pasar en lugares como:
– Automóviles.
– Donde hay estufas de gas o madera que no funcionan bien.
– Incendios forestales.
– Volcanes.
¿Cómo nos afecta?
La doctora Carolina Chacón explica que la principal característica nociva aguda del gas se basa en su alta afinidad por la hemoglobina. El CO es tóxico y al ser inhalado interfiere con la capacidad de la sangre para transportar oxígeno, causando envenenamiento.
Los síntomas pueden incluir:
– Dolor de cabeza
– Debilidad
– Mareos
– Náuseas
– Falta de aire
– Confusión
– Visión borrosa
– Somnolencia
– Pérdida del control muscular
– Pérdida del conocimiento
Después de la intoxicación
En algunos casos, después de recuperarse de la intoxicación, pueden aparecer problemas en el sistema nervioso y el cerebro, especialmente en personas mayores o que perdieron el conocimiento. Estos problemas pueden incluir:
– Pérdida de la memoria
– Cambios en la personalidad
– Problemas de movimiento
Es importante tener cuidado y tomar medidas para evitar la intoxicación por monóxido de carbono.
Al igual que los detectores de humo son el mejor sistema de protección contra incendios en el hogar, los detectores de CO son posiblemente el mejor sistema para prevenir las intoxicaciones de monóxido de carbono por inhalación, y detectar rápidamente una emanación de este peligroso gas