Los cantantes de reguetón Karol G, Feid, Maluma, J Balvin, Ryan Castro, Blessd y DF son los protagonistas de una preocupante polémica reciente debido a la canción +57, donde explícitamente sexualizan a niñas menores de edad:
En una de las estrofas, cantan:
“Mamacita desde los fourteen (los 14)
Entra a la disco y se le siente el ki
Mami, estos shots yo me los doy por ti”
La sexualización de las niñas constituye la expresión más extrema de la sexualización de las mujeres en general, dice el Instituto de las Mujeres.
La Plataforma para la Acción de Beijing-95, el Parlamento Europeo, el Consejo de Europa y más entidades en el mundo están entre las instituciones que han abordado este problema y reclamado la adopción de medidas para la eliminación de este tipo de fenómeno.
“En los últimos años, hemos sido testigos de una creciente tendencia en la que niñas de tan solo 9 años asisten a conciertos de cantantes como Aitana, Karol G, Mile Cyrus y Bad Gyal. En un momento en que la música se ha convertido en una parte integral de la vida de niñas y niños, es imperativo discutir cómo la hipersexualización en la música actual tiene un profundo y preocupante impacto en la infancia”, dice Anna Plans, de la Fundación Aprender a Mirar.
Las consecuencias de la hipersexualización
Entre las consecuencias de la hipersexualización infantil están la disminución de las habilidades cognitivas, el impacto en la percepción de la sexualidad, la competencia entre niñas y chicos, y el fomento del acoso y la violencia sexual.
“La exposición temprana a contenidos sexualizados tiene un impacto directo en la salud física y mental de nuestros niños. No podemos dar la espalda a estas realidades”, dice Plans.
Juan Camilo Díaz Bohórquez, del Instituto de La Familia en Colombia, explica que: “Desde muy pequeños, los niños van recibiendo de los medios de comunicación, especialmente de la televisión, las canciones o sus letras, una cantidad de mensajes relacionados con la sexualidad y el sexo. Es decir, formas de vestirse, actuar y de relacionarse con los otros”.
Lamentablemente, la hipersexualización cosifica y degrada el valor de los niños y jóvenes, volviéndolos presa fácil de la violencia, los abusos y la pornografía.
