Salud de la mujer

Endometriosis: vivir con dolor intenso afecta también la salud mental de las mujeres

Dolor crónico, agotamiento constante y una carga emocional invisible marcan el día a día de 3,5 millones de mujeres en Colombia que viven con endometriosis. Se trata de una enfermedad que provoca inflamación, dolor intenso y, en muchos casos, infertilidad, con un impacto profundo en la vida personal, la salud sexual y reproductiva, y el bienestar emocional.

En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, expertos y pacientes coinciden en que la endometriosis combina el sufrimiento físico con un alto costo psicológico. Ansiedad, depresión, dificultades de concentración y aislamiento social son algunas de las consecuencias más frecuentes. A esto se suma que, en promedio, el diagnóstico puede tardar entre 7 y 10 años desde la aparición de los primeros síntomas, debido a la falta de información y a la normalización del dolor intenso durante la menstruación. Esta demora no solo prolonga el dolor, sino que amplifica las secuelas psicológicas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la depresión y la ansiedad pueden afectar de manera significativa la vida diaria,  limitando el estudio, el trabajo y las relaciones personales. En el caso de la endometriosis, el dolor puede ser tan intenso y debilitante que interrumpe la rutina académica o laboral, afectando el desarrollo personal y profesional.

“El dolor crónico asociado a la endometriosis es persistente, incapacitante y con frecuencia limita a las mujeres, incluso en actividades básicas de su vida diaria. Además, la incertidumbre y el retraso en el diagnóstico incrementan la ansiedad, la depresión y el deterioro de su calidad de vida. Por ello, resulta esencial un abordaje integral y multidisciplinario que responda a las diferentes necesidades de cada paciente”, explica el Dr. Juan Guillermo Reyes, Director de Asuntos Médicos de J&J MedTech.

El costo personal de una enfermedad crónica

Un estudio de la Universidad de Granada con 230 mujeres diagnosticadas reveló que la mitad presentaba fatiga severa asociada a ansiedad, depresión, pensamientos catastrofistas, disfunción sexual, mala calidad del sueño y sentimientos de hostilidad. Estos síntomas, sumados al dolor pélvico crónico, afectan de manera considerable la calidad de vida y dificultan tareas cotidianas, especialmente aquellas que requieren esfuerzo físico o concentración.

Luz Marina Araque, presidenta fundadora de la Asociación Colombiana de Endometriosis e Infertilidad (ASOCOEN), afirma: “Vivir con dolor constante desgasta la mente, altera el sueño, genera ansiedad, desesperanza y tristeza, nos roba energía. Muchas veces limita el trabajo, afecta el estudio e impacta la vida social. Pero cuando una mujer entiende que no está sola, que su dolor es real y merece ser atendido con dignidad, empieza a recuperar el control”.

Con el propósito de visibilizar esta condición y promover una atención oportuna, Johnson & Johnson MedTech, en alianza con ASOCOEN, impulsa la campaña #NoEsNormal desde 2022. La iniciativa busca sensibilizar y educar a mujeres en edad reproductiva frente a los síntomas de la enfermedad. La detección temprana es clave para mejorar la calidad de vida.

¿Qué hacer frente al impacto emocional?

La clave está en un abordaje integral: detección temprana, atención médica especializada, y el acompañamiento de familiares, parejas y redes de apoyo.

“Cada paciente vive la endometriosis de forma distinta y necesita respuestas adaptadas a su experiencia. El acompañamiento debe ser multidisciplinario y las decisiones construirse junto con la paciente, revisándose periódicamente para ajustar la atención a lo que ella necesita en su vida cotidiana”, señala el Dr. Reyes.

La intervención psicológica especializada puede marcar la diferencia incluso cuando el dolor persiste. La empatía, la escucha y la comprensión son tan determinantes como el tratamiento físico.

“La salud mental en estos casos es tan importante como el tratamiento físico; no podemos sanar un cuerpo que vive en constante alerta sin cuidar el bienestar emocional. Recomiendo poner límites claros y aprender a decir ‘no’ a lo que roba energía, además de integrar herramientas como la respiración consciente o estiramientos de relajación, y mantener buenos hábitos alimenticios, porque una dieta balanceada contribuye a estabilizar el estado de ánimo. Es clave ser parte activa de grupos de apoyo. Allí encontramos escucha, comprensión y un espacio para sostenernos unas a otras”, concluye Luz Marina.

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