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Depresión postvacacional: en 21 días la mente se ajusta para volver a la rutina

Con el inicio del nuevo año, se enfrenta el desafío de regresar a la rutina diaria, una tarea que puede resultar complicada.

La depresión postvacacional tiene un impacto emocional innegable. Diana Castañeda, docente de psicología del Politécnico Grancolombiano, dice que “es un proceso de adaptación en el que el cuerpo y la mente deben ajustarse ante el retorno a horarios, obligaciones y rutina diaria”.


Uno de los principales obstáculos es la adaptación a las responsabilidades, el aumento del ritmo diario de las actividades y la alteración del ciclo vigilia/sueño. Los síntomas, que pueden durar hasta 21 días, van desde estrés, ansiedad y rasgos depresivos, hasta fatiga, incapacidad física y mental y un bajo estado de ánimo.

En cuanto a los síntomas físicos, la psicóloga destaca la presencia de temblores, taquicardias y cambios de humor, comparables a la sensación de desasosiego. Este síndrome puede afectar de manera más intensa a quienes experimentan dificultades en el trabajo o tienen insatisfacción laboral.


Para facilitar la transición y minimizar el impacto del síndrome postvacacional, la experta sugiere realizar una planificación cuidadosa antes de que finalicen las vacaciones.

¿Cómo lo controlamos?


“Reservar unos días para programar el regreso a las labores cotidianas, ajustar los horarios
según sus necesidades individuales, mantener hábitos de alimentación saludables y realizar actividad física durante las vacaciones, son pasos cruciales”.


Al regresar a las funciones cotidianas, Diana Castañeda aconseja comenzar por las tareas más fáciles, evitar llevar trabajo a casa, gestionar la tendencia a aplazar tareas por actividades placenteras y considerar el reencuentro con amigos y compañeros de trabajo
como una parte esencial del proceso de adaptación.


“Para que la vuelta de vacaciones no sea un golpe tan duro para aquellos que enfrentan el síndrome postvacacional, es fundamental comprender que la actitud y la toma de medidas conscientes, son elementos cruciales para suavizar el impacto de esta transición. Al adoptar una mentalidad positiva y aplicar estrategias proactivas, no solo podemos enfrentar con
éxito los desafíos que surgen al regresar a la rutina, sino también transformar el proceso en una oportunidad para un nuevo comienzo lleno de energía y optimismo”, concluyó la experta.

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