“Regresaba en un X106, iba sentada en una silla que daba al pasillo viendo con una mano el celular y la otra caída y sin nada. Un tipo sacó su pene y me lo puso en esa mano e hizo un movimiento hacia adelante”, cuenta en X la usuaria @LebaneseDurant
La joven narra que al darse cuenta de lo sucedido quitó la mano y sacó fuerzas para agarrar del bolso al depravado, quien pretendía salir de la estación de TransCaribe en La Castellana.
La víctima agradece que el conductor de TransCaribe avisó a la guardia de la estación de La Castellana para que llamara a los agentes de la Policía Metropolitana de Cartagena, quienes acudieron al llamado en los 20 minutos siguientes al suceso.
En un video que compartió la joven se ve al depravado intentando zafarse de la situación, sin embargo, al verse acorralado, le dice a la víctima que quiere ”conciliar y que no lo denuncien”.
“No hay dinero en el mundo que me haga desistir de no denunciarlo, tenía doble suéter, tapabocas. Era consciente de lo que hacía y pedirme conciliar solo terminó de comprobarlo”, dice la usuaria.
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Según el Banco Interamericano de Desarrollo, ”el acoso sexual en el transporte público es una de las principales manifestaciones de violencia basada en género, y afecta principalmente a las mujeres y la población LGBTIQ+ a la hora de movilizarse por las ciudades”.
Según el psicólogo Sergio Lara, las víctimas de agresiones sexuales nunca olvidan lo sucedido y en ocasiones pueden generarse en ellas problemas de ansiedad y depresión.
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